jueves, 16 de septiembre de 2010

Mi Chile


Mi Chile,
con un nombre
tan corto y perfecto
te bautizaron
las aves de manchas amarillas
para perpetuarte en el sonido
del tiempo,
en el rumor de las fronteras,
en el boca a boca de los vecinos.
Eres un día entero
en un carrusel,
con todas las estaciones,
eres una vida completa,
con tu loca geografía
que es un ropero
de muchas ropas,
con muchos ojos
de colores.
Donde tu aroma huele
a cordillera y mar
y tus manos tienen surcos
de criollos y mestizos.

Desde el blanco útero adormecido
anidas a los pies del mundo
donde termina la tierra húmeda
para nacer erguida y larga,
delgada y orgullosa,
para acurrucarte en vellón
de cordero
y escuchar al viento austral
que te susurra
poesías de Neruda, Mistral y Parra.

Aprendiste a alimentarte
de milcaos, curantos,
chapaleles, guisos y cazuelas
y tus primeras palabras
las balbuceaste en mapudungun:
nguëñün, nguëñün, nguëñün.

Caminaste en la aventura de descubrir
tu vida e identidad
junto a los rieles del ferrocarril,
en las lenguas de los colonizadores,
en los socavones de Chañarcillo,
en el sudor de la pampa salitrera,
en los estandartes del Atacama,
en el cobre del desierto.

Has sido constructor de casas
en palafito, caletas, campamentos,
laderas y desierto,
desafiando a las leyes de la
arquitectura y del hombre.
Arriero en Los Andes,
indígena en la Araucanía
minero en la soledad de los cerros,
pescador en Juan Fernández,
agricultor en Maule,
artesano en Pomaire,
oficinista en Santiago
soldado en la frontera,
devoto en la Tirana.

Fuiste un niño chapoteando
en el pacífico egocéntricamente
lavándote la cara tiznada de carbón,
un adolescente en las planicies
magallánicas elaborando teorías,
siendo un individuo en transito,
complicado, difícil,
en busca de libertad e independencia.
Y la juventud la viviste resbalando
en tranvías, funiculares y bares en el puerto,
entregado a los excesos del amor
bailando la cueca brava.
La adultez, te sorprendió
de un golpe a la democracia,
para vestirte con zapatos negros,
con corbatas serias, con miradas de cejas,
apresuradamente para seguir respirando
en el extremo suroeste de América del Sur.

Tantas veces has nacido en el canto de las aves,
tantas veces has muerto en la sombra de los otros,
tantas otras has cambiado de piel con el sol,
para seguir siendo, mi delirante Chile,
con perfume de mujer.

9 comentarios:

Pescador dijo...

Reciban un abrazo fraterno los visitante...yo me tomaré un descanso de 4 días, bailando cuecas, bebiendo vino, comiendo empanadas y preparando asados como si tuviese 200 años, no puedo estar ajeno a este bicentenario.....Ah, y tambien jugando a ser niño elevando volantines en mi desierto florido.

lichazul dijo...

otro abrazo regrande pa'ti !!

aro aro aro
brindo por mi país flaco y largo
por la tenacidad y solidaridad
por el temple de su gente
y por la curadera que nos va a tocar

Salud!!!

viva chile!!

Alís dijo...

Felices fiestas

Besos

Maria Coca dijo...

Precioso homenaje a tu país, Pescador de poemas.

Disfruta de esos días de tranquilidad. Estoy segura de que te lo mereces.

Un abrazo.

Escribir es seducir dijo...

MUY LINDO DEDICARLE ALGO A TU PAIS FELICIDADES

Húayat dijo...

Lindo poema patriótico, pero tú sabes que me declaro anarquista o hijo de la tierra. Espero que esa ñaca ya esté mejor por tu parte, ya que imagino como habrán sido tus 4 días de jolgorio. Abrazos, ah y envié a tu correo lo que necesitabas, espero te haya llegado.
Salud-os desde mi resaca.

Camino del sur Pilar Obreque B dijo...

Gracias por éste poema, muy representativo de nuestra geografía y caracter, gracias también por la serie Desierto Florido.

Que lo hayas pasado muyy bien

Abrazos

Rosalmor dijo...

Preciosa respuesta de un poeta a la grandeza de su paìs... lo mismo deberìamos intentar todos...abrazos mexicanos..

Maykol A. Saavedra Pangue dijo...

Bello poema... muy bello

Saludos...

Pase por mi blog que mi mente a dejado escapar algunas palabras..

Espero respuesta...

Con cariño... un principiante ante usted